Resistencia al cambio: ¿Qué pasa si cambio y crezco?

La mayoría de nosotros tenemos anhelos que soñamos cumplir. Algunos son materiales, otros personales. Estos últimos pueden ser conquistar mi independencia personal, expresar mi parecer de una manera respetuosa pero firme frente a lo que no estoy de acuerdo o aumentar mi confianza personal, entre muchos otros.

Sin embargo, estas aspiraciones no pasan de ser una ilusión si no las asociamos a acciones concretas que nos acerquen a su cumplimiento.

Sabemos qué queremos cambiar. Creemos desear transformarnos interiormente, sin embargo, ¿hasta qué punto estamos dispuestos a soltar los beneficios de las conductas que queremos modificar?

El concepto “ganancia secundaria” se refiere precisamente a los dividendos que recibimos a través de estos comportamientos, a pesar de lo negativos que puedan ser: “Todos en mi familia tienen temor a mis arranques de ira, lo que hace que siempre consiga lo que quiera pues ellos tratan de evitarlos a como dé lugar, por lo que si trabajo en manejar mis impulsos, luego no obtendré lo que deseo por parte de ellos”.

Éstas que parecen ventajas, al mismo tiempo entrañan una serie de pérdidas a nivel personal y de nuestras relaciones. Siguiendo con el ejemplo anterior, si bien esta persona suele salirse con la suya pues su familia prefiere ceder con el fin de no ser testigos de sus ataques de ira, esta dinámica genera resentimiento en el resto e impide una comunicación abierta y sincera que permita llegar a acuerdos que contemplen las visiones de todos. Por lo tanto, la confianza se debilita y la relación se desarrolla a un nivel superficial.

Crecer es, entre otras cosas, desprendernos de aquellos comportamientos que nos alejan de nosotros y del resto para establecer vínculos significativos, donde el otro sea un espejo de quienes somos con el fin de seguir mejorando para continuar un proceso que nunca termina, pues nuestro potencial es infinito.

¿Cuáles son tus sueños de transformación? ¿Conoces cuáles son las ganancias secundarias que te mantienen en el lugar donde estás?¿Hasta qué punto estás dispuesto/a de dejarlas ir?

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